viernes, 13 de octubre de 2017

Cuernos y palmas. Fausto: el arte de la conjunción.


    Fausto Taranto + Pulso, Sala X (Sevilla), S-29/09/2017

   Jornada   de   fin  de  septiembre  con  un  par  de conciertos en Sevilla, que  sepamos, y estaba por  ver la reacción  del público de Fausto Taranto, de  la capacidad  de convocatoria para esta segunda  aparición  del  combinado granaíno por tierras del Guadalquivir (la anterior vez, el año pasado en el Día de la Música). 
No comentamos nada de la actuación de la banda  que  hacía las veces de telonera, los locales Pulso, porque  apenas pudimos presenciar la parte final.
   Roberto  "Roberth"  Maestro  fue  el  encargado  de  tomar  notas del fantástico  bolo  de  estos  singulares  naúfragos  andaluces. Pablo Aliscar  se  encargó  de  la fotografía, pero por problemas técnicos hemos tenido que tirar de móvil para acompañar el texto con imágenes y vídeo. Lo sentimos.


    Fausto Taranto tiene su público. Es indudable. Después de un anhelado concierto que verifica su madurez como proyecto, es pertinente indicar que si en estudio suenan muy bien, en directo son emocionantes.
     Empezaron como septeto a eso de las 9:45 horas. “Malos Días” es un soberbio tema que directamente llega a lo más hondo. La banda se encuentra perfectamente acoplada, cada miembro sabe para qué y, sobre todo, por qué está ahí. Nada sobra, nada falta. Dirán que exagero. Vamos por partes. Que haya dos guitarristas eléctricos es fundamental para que la actuación tuviera toda la fuerza. No fue Pop el concierto al que asistimos, ni siquiera Rock Andaluz. Es más, diría que ví la luz en cuanto comenzó su descarga. Fausto Taranto han sido padres de un invento, sí. Metal Andaluz, con mayúculas.


    “Otra Letra Más” fue la que siguió. No es solamente que las letras de este grupo sean estupendas. El sonido fue especialmente bueno, incluso para las voces. Y es este otro acierto de la banda, cuidar las voces. Para ello no escatiman en dos fantásticas coristas que ahondan este plano del sonido, flamencas como ellas solas.
     Un violín sampleado dio entrada a la “Introducción al Naufragio”, que da pie, a su vez, al tema “El Naufragio”. Para Fausto Taranto es tan natural usar instrumentos acústicos tradicionales como tecnológicos, como son los samples. Y es su flexibilidad como concepto, que se expresa tanto en la riqueza y variedad instrumental como en el número, cambiante, de músicos que actúan simultáneamente. De clásico combo de Rock/Metal con dos guitarras, voz, bajo, batería y coros, a sonidos pregrabados, sintetizador, a una guitarra flamenca tradicional. Todo ello en una dinámica, pero no menos cuidada, puesta en escena.


                                 "Oídos de carnicero", por Fausto Taranto.

    “Oídos De Carnicero” y “La Guadaña”, fueron los siguientes temas en ser interpretados. Cada uno de uno de sus dos LP editados hasta el momento: “El Círculo Primitivo” (2.015) y “El Reflejo del Espanto" (2.017). Ese fue otro acierto indiscutible del concierto al que asistimos el pasado día 29 de septiembre en la Sala X (Sevilla): el cuidado repertorio en el que se entremezclan canciones de sus trabajos discográficos. Siguen creciendo sin despreciar canciones anteriores, pues no hay temas de relleno en sus grabaciones de estudio.


"Fue  un  acierto indiscutible: el  cuidado  repertorio

en  el  que se entremezclan canciones de sus trabajos

discográficos.  

Crecen sin  despreciar canciones anteriores."


      En “Versos Sellados” pudimos ver la pericia de sus dos guitarristas, Paco Luque y Quini Valdivia, con el sabio y diestro empleo del pedal de Delay, y subidas y bajadas de volumen con el mismo potenciómetro del instrumento. También los bonitos arpegios con los dedos que adornan este precioso tema denotó control y experiencia como músicos. Y todo ello “por exigencias del guión”. No aprecié en ningún momento del concierto la búsqueda de lucimiento individual ni florituras superfluas por parte de ningún integrante. Todo medido, todo en su sitio.
Y en este momento del concierto se suma una parte importante del sonido de Fausto Taranto. Su guitarrista flamenco hace entrada en escena. Con la canción “De Espera Y De Boca” el concierto se hace más andaluz si cabe. Como dije anteriormente, el sello de esta banda granaína es la flexibilidad instrumental para apoyar a un grupo esencialmente de guitarras eléctricas de Rock fuerte. Entonces la guitarra flamenca aporta matices nunca antes conseguidos. La conjunción, que no fusión, que no mezcla, es espectacular.
     Otro elemento destacable del sonido de FT es la base rítmica. Miguel Martínez (Bajo) y Adrián Barros (Batería) aportan solidez y contundencia al proyecto. En “Loco por saber” quedó más que patente. La batería no destaca por nada en particular y por todo a la vez. Esto es una virtud innegable, siempre empujando adelante el sonido y manteniendo el pulso de una música con mucho sentimiento. Como un cauce que evita el desbordamiento, no sé si me explico. Y el sonido del bajo tocado con los dedos le aporta un sonido gordote y agradable, roto pertinentemente con la técnica más percusiva del “Slap”, propio del estilo funk. Así es capaz, como en este preciso tema, pero también en más momentos del concierto, de hacer sonar con mucha pegada su cuatro cuerdas.



"La   guitarra   flamenca   aporta   matices   nunca   antes

conseguidos.  La conjunción,  que  no  la  fusión, que  no 

mezcla, es espectacular."

    Mientras, la banda, toda vestida de severo negro menos el flamenco guitarrista, que aportaba su punto de color a la seria estética del grupo, continuaba su actuación. Y digo seria, que no triste, pues nuestro cantante arrancaba sonrisas con su sorna acerca de un reloj que les colocaron los de la sala bien a la vista, para que el concierto terminara puntualmente a la hora prevista, ni un minuto más. “Como martillo a la cara” lo describió el propio Ismael de la Torre. No se puede ni se debe amarrar el arte contando los minutos. No es justo.
     “La Verea” fue el siguiente tema que interpretaron, del que me sorprendió la versatilidad de Quini, que dejó por unos momentos su guitarra eléctrica, y que con un sintetizador Korg, al más puro estilo ochentero, le dio el punto vanguardista que efectivamente tiene Fausto Taranto. Y en este punto, las dos coristas volvieron a subirse al escenario. Despliegue, pues.

         Nuestro redactor Roberth Maestro cogiendo notas y trémolos de Fausto. 

     Ya como octeto, siguieron con “Por Amarrarme”. Quini dejó el sintetizador y volvió a las seis cuerdas. Pero en ningún momento del concierto dejó de agitar sus largas rastas. Espectáculo muy visual también este, jajaja. Llegados a este punto, yo, que soy muy duro, estaba flipando, lo reconozco. Ya no sabía si hacer los cuernos o tocar palmas flamencas, me faltaban manos con las que expresar todo el Arte que me estaba llegando a mis sentidos.
     El trémolo flamenco de la guitarra de Lolo que siguió imprimió al concierto una suerte de vacío que llenó de oxígeno nuestros oídos. ¡Vaya contraste! Los siete restantes músicos fueron a sumarse en “Por Rezarle A Los Dioses”. Magníficos coros, intensidad instrumental son los calificativos apropiados para este momento de la actuación, del cual me encantaron los coros flamencos de Eva Díaz y Mari.


     En “Como Tu Cara”, en el que continuaba a todo trapo la actuación del octeto, destacaría el increíble solo de guitarra que usó la muy complicada técnica del “Sweep Picking” o “barrido de púa”, como prefiráis. Un nutrido grupo de chicas se había adueñado de la parte más próxima al escenario, para ya no abandonarlo más. Destacaría la altísima proporción de mujeres, de diversas edades, que acudieron a la llamada de los granaínos. La Peineta-Calavera que les identifica, que en blanco sobre negro, era el único elemento de atrezzo que en el escenario había, parecía querer simbolizar el poder que las mujeres tienen cuando ocupan su sitio.
     Y con “A Capa Y Espada”, otra vez el estupendo Slap del bajo de Miguel. Pero este hubo del ser el último tema de un concierto en que el sonido, particularmente, y las luces, fueron de gran calidad. Se oyó y se vio todo de maravilla. La voz de Ismael pudo oírse con nitidez, las letras se entendieron perfectamente. Ismael es un gran frontman, lo hace de maravilla. Canta genial y habla con una sana sinvergonzonería que empasta arte flamenco y chulería rockera como nadie. Por si fuera poco, escribe unas letras muy sentidas en las que habla de desamor y de opresión del Pueblo Andaluz. Es parte fundamental del concepto que desarrolla Fausto Taranto. Y tiene una estética y una presencia innegables. Diría que estuvo a un nivel sobresaliente.


     Eran ya, y no todavía, las 00:05, y el grupo hubo de despedirse ante un público extasiado. Se hará larga la espera antes de que podamos verlos de nuevo actuar por aquí.
   Me llamó mucho la atención desde el principio el no-habitual público que tuvo a bien asistir a este espectáculo. Efectivamente, quienes solemos ir asiduamente a los conciertos de Rock-Metal en esta ciudad estamos acostumbrados a ver a una serie de parroquianos fijos. No fue este el caso, lo que precisamente indica, unido a la nutrida entrada registrada que, sin abarrotar la sala, llenaba el local, que FT ya tiene su propio público, sus amantes particulares. Gran parte del respetable cantaba todas y cada una de las letras de las canciones. Sabían a lo que habían ido, ¡vaya!


* Fotos cedidas por: Javier Barrera / R. Maestro.