Machine Head, Sala Custom, Sevilla (03/04/18)
Catarsis
(del griego kátharsis, purificación) es una palabra descrita en la
definición de tragedia en la Poética de Aristóteles como
purificación emocional, corporal, mental y espiritual. Mediante la
experiencia de la piedad y el temor (eleos y phobos), los
espectadores de la tragedia experimentarían la purificación del
alma de esas pasiones.
No
hay nada que me guste más que un concierto entre semana. Y eso es lo
que tuvo lugar el martes 3 de Abril en la Sala Custom de Sevilla,
concierto de los californianos Machine Head. Venían presentando su
nuevo trabajo, "Catharsis", el cual no ha pasado desapercibido
para la crítica quien se ha cebado con él por suponer un cambio de
estilo, llegando incluso a contar con un tema “folk”.
Personalmente, no había prestado nada de atención a este grupo
hasta saber que venían a la ciudad, por lo que el primer disco que
escuchado ha sido, contradictoriamente, el último.
Y sin más dilación,
comienzo con el relato del concierto de Machine Head a los ojos de
una espectadora.
La apertura de puertas
estaba programada a las 20:00 y el concierto debería de comenzar a
eso de las 21:00, por lo que había tiempo para disfrutar de la
previa al evento. Llegué sobre las siete al parking situado frente a
la sala, aparqué el coche del Metal en un lugar estratégico y
comenzamos a desplegar todo el arsenal preconciertal, que más que
para un concierto, parecía que íbamos a pasar el día en el campo
con las tortillas y las empanadas, pero toda previsión es poca.
Mientras disfrutaba de un delicioso bourbon extra helado con
Coca-Cola (si a lo largo de la crónica notáis datos erróneos,
inconexos o pensáis que pueden ser inventados, la culpa siempre será
del señor Jim Bean) el ambiente, para ser martes, se iba animando y
comenzaban a llegar caras conocidas: amigos, conocidos o personas que
sólo conoces de coincidir en los conciertos y terminan siendo tus
colegas. El mundo de los conciertos es maravilloso, y sin son de Metal, mucho más.
Foto cedida gentilmente por Álex Márquez de Metal Sound.
A medida que se iba
acercando la hora la cola para entrar era de una longit.....en
realidad no me fijé, para que os voy a engañar, me asomé en una
ocasión desde mi puesto de avituallamiento y es cierto que había
gente, pero ¿hasta dónde llegaba? Eso sólo el último lo
sabe....A eso de las ocho y media o tal vez nueve, entrábamos en la
sala, justo en la puerta nos informan de que estaba prohibido grabar
vídeos o realizar fotografías por petición de la banda. Este tema
puede dar para escribir otra entrada, aunque intentaré resumir.
Desconozco los motivos que hay para llevar a cabo esa prohibición.
En ocasiones se habla de derechos de imagen, en otras las molestias a
los artistas a causa de los flash. En mi opinión, somos muy intensos
con el tema de los móviles en los conciertos, y yo me incluyo la
primera; a veces, por querer tomar fotos de todo, fotos que por otra
parte se pueden conseguir fácilmente en internet, dejamos de
disfrutar del concierto. A pesar de la prohibición, el ser humano es
así, y no paramos de hacer fotos. Y si molesto es cien personas con
los brazos en alto grabando con sus móviles (sobre todo si la
persona que está detrás es una joven encantadora que no sobrepasa
el metro cincuenta) más molesto es el de seguridad todo el tiempo
apuntándote con la lucecita. Pero era su trabajo y eran las
condiciones, y nosotros hicimos lo que nos dio la gana, y que conste
que no lo digo en plan guay, breaking the law, sino como una llamada
de atención; que está muy bien hacer una fotito de rigor, niña,
pero no hace falta retransmitir todo el concierto a través de los
stories de Instagram que a la mañana siguiente cuando los ves, y
sobre todo, los escuchas, aquello suena como algo que suene peor que
un tractor estropeado subiendo una cuesta.
Con una impuntualidad
aproximada de una hora, minuto arriba, minutos abajo, da comienzo el
espectáculo. Nada de medias tintas, vinieron a darlo todo y
empezaron fuerte desde el principio. Abrieron con "Imperium",
perteneciente al disco "Through
the Ashes of Empires", que hizo que toda la sala se entregara desde el
primer momento. Sala que por cierto, a pesar de que no hubo sold out
como se esperaba, estaba a rebosar. El set list elegido y su actitud
hicieron que no bajara el ritmo en ningún momento, cosa difícil
de mantener en las dos horas y media aproximadas de show (puede que
sea un dato inventado, ya avisé de ello). Mi momento de gloria vino
con "Kailedoscope",
una de mis canciones preferidas del disco nuevo y allí que me fui de
valiente a meterme en un pogo de hombres fornidos creyéndome
invencible por llevar dos pulseras con pinchos, pero sobreviví. Y
hablando de hombres....fornidos y sin fornir; como suele ser
habitual, la mayoría de público era masculina y según mis estudios
estadísticos, la media de edad de los allí presentes, mujeres y
hombres, podría estimarse en 29,5 años D.I.(Dato Inventado).
El
segundo momento de subidón vendría con la conocida "Is there
Anybody out there?", más pogos, headbanging pa un lao,
headbanging pa otro. Tras "Locust", venía otra de mis canciones
preferidas del disco, "Bastards", y quizás una de las más
criticadas. Esta es la canción de corte folk que se mencionaba al
principio de la crónica. Se trata de una canción popular con unos
acordes básicos y la letra va dirigida a sus hijos hablando sobre la
situación política del país, fue escrita tras las elecciones en
Estados Unidos. Escucharla te empuja a levantarte del sofá y salir a
luchar por tus derechos, cual Hitler arengaba a sus tropas con
temasos de Wagner; pero que nadie se lleve las manos a la cabeza, es
tan solo una simple comparación de cómo animar al personal.
La
nota de humor la pusieron Los de la bandera de los Backstreet Boys,
un grupo de amigos, lo de amigos es deducción personal, que acuden a
los conciertos acompañados de la susodicha bandera. Consiguieron que
Robb Flynn y el público allí presente cantaran una de las canciones
del grupo de los ´90, en concreto Everyboooody, yeeaaaaah, rooock
youur boodyyy, yeeeaaah. Así es ella, inevitablemente pegadiza.
Había
que hacer un alto en el camino y es que la intensidad del concierto
estaba siendo bastante alta. Para ello le tocó el turno a Dave
McClain con el solo de batería, en mi caso, puede significar dos
cosas: momento para ir al baño y/o pedir a la barra o disfrutar del
virtuosismo del músico en cuestión. En esta ocasión ocurrió lo
segundo, me tuvo enganchada al golpe de baquetas de principio a fin.
Foto extraída del Facebook de la banda.
Y
de repente.....¡Boom! ¡Cañonazos de confeti para todos! Me pilló
tan de sorpresa que no soy capaz de recordar en qué canción se
produjo la lluvia de papelitos. El fin de fiesta vino con la canción "Halo" que sonó atronadoramente bien y con una sala venida arriba.
Y
así, estimado lector, es como viví el concierto de Machine Head.
NOTA:
cuando antes he comentado que realicé fotos pese a la prohibición,
quise decir que intenté realizar fotos pese a la prohibición, pero
no las hice, eso fueron otros.... ;)
Buen y divertido trabajo!
ResponderEliminarConfiamos en ese ingrediente que irá vertiendo Mia en sus crónicas, jeje. A mi tb. me ha molado.
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