CRÍTICA L.D.
Material a pulir: DÜNEDAIN.
Disco: “Memento Mori” (2019).
Disco: “Memento Mori” (2019).
Procedentes de: Ávila
Estilo: Power Metal.
Discografía: Dünedain
(Demo, 2004); La luz de mi oscuridad (2007); Buscando el norte I (EP, 2009);
Buscando el Norte II: La tierra de los sueños (2009); Buscando el norte (2010);
Mágica (2012); Pandemonium (2016); Memento Mori (2019).
Autor de la reseña: Miguel Martínez
Autor de la reseña: Miguel Martínez
Nuevo disco de los abulenses Dünedain, esperado con
muchas ganas tras el gran salto de calidad que supuso el anterior Pandemonium,
cuando la entrada de Carlos Sanz marcó un antes y un después en la banda.
Hablamos de un grupo ya consolidado, que sigue creciendo a base de tesón y unas
composiciones de gran nivel: sí, podemos decir que ya existe un ‘sonido
Dünedain’ y lo vamos a desgranar en las siguientes líneas.
Este Memento Mori vio la luz antes de verano, pero
por cuestiones logísticas no hemos podido ponernos hasta ahora con la crítica
del disco; entre otras cosas, porque quisimos verlos en directo en el Leyendas
del Rock, donde se marcaron un gran concierto y donde pudimos comprobar que la
respuesta del público es cada vez mayor.
Unidos fue el primer adelanto de esta nueva creación,
una canción llena de fuerza y una muestra de intenciones en toda regla: nadie
podrá con nosotros mientras estemos codo con codo. Melodías trabajadas, muy
onda power metal. Quizá ocho minutos de canción puedan parecer largos para
estos tiempos que corren, pero nada más lejos de la realidad: cambios de ritmo,
letras comprometidas y unos coros que apuntalan (como si le hiciera falta) la magnífica
labor vocal de Carlos. Las partes instrumentales son impecables.
Memento Mori, la canción que da título al disco,
tiene un inicio que a todos nos recuerda de inmediato a Iron Maiden.
Inequívoco. Memorable juego de voces, con los agudos de Carlos a tope, y un
ritmo de esos que marcan; ideal para mover los pelos en directo, donde seguro
va a funcionar estupendamente. Mensaje muy positivo, ideal para levantar el
ánimo: “sigue disfrutando y lucha por tu libertad, lucha con aquellos que
están a tu lado; escucha a voz de aquel que te quiere ayudar, ¡nunca mires
atrás! Rompe las barreras del miedo y la soledad, acércate al fuego o acabarás
helado; coge bien las riendas de tu vida y sentirás que podrás alcanzar la
inmortalidad”. Un temazo en toda regla.
No hay estribillo más pegadizo en todo el álbum que
el de A un paso del cielo, corte que va ganando potencia conforme pasan los
minutos: comienza con una voz desgarrada de Tony y va subiendo tonos hasta
desembocar en el mejor estribillo del disco. Para mí, su mejor canción, de esos
temas que entran a la primera y no te cansas de escucharlos una y otra y otra
vez. Porque claro, “déjales, déjales que hablen”. Eterno supone el
obligado freno a la rapidez de las primeras canciones, un medio tiempo que
combina las épicas guitarras de Tony y Mariano con partes más orquestadas, con
ligeros cambios de ritmo, pero sin perder fuelle.
En El viento de la batalla colabora el gran
Tete Novoa de Saratoga, por lo que, como no podía ser de otra manera, hablamos
de heavy metal puro y duro. Heavy metal con mayúsculas. Riffs pegadizos,
alternancia de melodías y un estribillo que se te queda grabado. Destacamos
aquí la batería de Miguel, que acompaña con velocidad constante y certera. Luchador
empieza con riffs rapidísimos, muy ‘trasheros’, para mezclar el power típico de
la banda con sonidos rápidos durante todo el tema, que le dan un buen empaque.
Especial protagonismo aquí de Carlos, con unos agudos marca de la casa;
dimensiones épicas para un estribillo coreado y con personalidad. El agudo
final es brutal.
Venus pone la nota mística al conjunto, otro medio
tiempo que se diferencia bastante del resto de este Memento Mori, un tema
bastante lineal. En Siénteme colabora Rubén Kelsen, de Débler, una balada en la
que la presencia eléctrica no entra hasta bien avanzado el tema. No acaba de
convencerme el apartado vocal en esta canción, para mi gusto ni la combinación
final de ambas voces logra un resultado óptimo. Memento Mori se cierra con
Hasta el fin, donde hacen gala de un enfoque folk, con melodías que en partes
tocan lo celta, muy animadas. Interesantes coros en el estribillo y buenos
solos de guitarra a modo de despedida.
Muy buen disco de Dünedain, que prosigue su estela
ascendente y que nos deja muy buen sabor de boca. Heavy metal puro y duro, sin dilaciones, un sonido demoledor. Varios de los temas de este Memento Mori van a funcionar muy bien en directo, y eso es buena señal. Quizá el mayor pero del disco esté en la portada, que
me parece (y esto ya es opinión personal) muy por debajo del nivel que debe
mostrar una banda con la trayectoria de Dünedain. No me explayaré demasiado en
este asunto, pero, para entendernos, creo resumirlo bien cuando digo que la
cover es de ‘primero de portadas’. Detalles que una banda con la trayectoria de los abulenses debería cuidar un poco más.
Formación: Tony Dünedain (composición, guitarra solista y voz), Carlos Sanz (voz), Miguel Arias (batería), Mariano Sánchez (guitarra rítmica) y Alberto Velasco (bajo).
LP autoeditado.
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