En colaboración con www.rockculture.es rescato esta crónica del concierto de Fausto Taranto en Sevilla en el Día de la Música, concierto gratuito. Oye, pues bienvenido, aunque hubiera pagado por ver la actuación de los granaínos (a los que precedió otra banda de Rock Andaluz con toques prog, Malabriega).
La ubicación del evento, un espacio al lado del Pabellón de la Navegación habilitado al efecto como terraza (supongo que concesión, o alquiler, a la Sala Fanatic); magnífico recinto acotado por zona verde y la belleza del río Guadalquivir (sobre todo de noche), por un lado, y por edificaciones de la antigua Expo 92, por otro. Calculo que unas 300 personas o así para ver ambas actuaciones, lo cual no está nada mal teniendo presente que era un martes y con el fútbol de fondo misma hora.
Muchas ganas de ver a los Fausto Taranto sobre el tablao, a ver cómo plasmaban su Círculo Primitivo en vivo. Llevaban guitarra española acompañando (aunque apenas se distinguió del poderío sonoro eléctrico) y chica que hacía coros (tuvo más suerte que el de Sacromonte, pero no muy allá, lastimosamente). Al hilo, no estuvo mal la cosa de sonido, pero no fino.
Descargaron el disco debut enterito, en orden aleatorio, empezando con una contundente Oídos de carnicero, de las más duras del álbum, empalmando con un corte de tinte amor-odio (recurrente) que igualmente posee un estribillo atractivo al oído; embelesa con vaivén arabesco. En especial destacaría cortes como Ni las sobras, con letra ácida pero acicalada sobre el desamor o amor quemado, pura poesía cargada de crudeza instrumental que la complementa a la perfección; Por amarrarme, por su cadencia, cambios de ritmo, velocidad y pausas en la composición, por ese estribillo rabioso con ese riff-quejío de guitarras magistral marca Paco Luque, tema que corona una sensacional letra (…Y en aquel papel pinté con sangre en vez de con pincel, que si bien no sabe usted que a mí me revienta la hiel …); finalmente, una sentida Otra letra más (con Manuel M. de Medina en el redondo), la más comercial, accesible, y que conectó genial con el público. Por supuesto rindieron tributo a Triana como también lo hicieron por partida doble Malabriega. Maestros son maestros.
Entre tanto, un puñao de jóvenes de no más de 17 años agitaban sus desgarbados cuerpos cerquita del escenario, a veces con decisión, otras con rubor, pero ¡qué alegría da ver a púberes disfrutando de un concierto de Rock Metal, copón!
Finalizando la actuación, se embrutecieron creo recordar que en el último zarandeo, A capa y espada. Se les veía con ganas de expandir el escenario y dar más cera. Recordemos que Paco Luque forma parte de los fastuosos Hora Zulú, CAÑABURRA de las Alpujarras.
Una horita de excelente manufactura donde dos estilos en teoría distantes se fusionan en una propuesta sonora exquisita, de trazo elegante, con base de puro sentimiento por el Flamenco y estructura potente e intenso brillo por el Metal. 60 minutos que se fueron volando, que migraron como la luna sobre el río, en un “plis plas”. Tras el evento, charlamos un ratillo con el guitarrista y alma de la banda, Paco Luque (también sobre Hora Zulú y su regreso a festivales) y con Ismael, voz `quejumbrosa´, quien nos decía que en unas horas tenía que estar dando “masajitos” (currará de fisio o quiromasajista; peor lo tenía el batera que a las 7 entraba en faena…)
Y así, con una brisa nocturna apacible y la sensación de haber disfrutado de la MÚSICA en su día, subíamos la rampa del recinto camino al coche, para al fin descansar soñando con los “Tangos de Illora”.
Setlist
- Oídos de Carnicero
- Se Apodera
- Ni las sobras
- Otra letra más
- Los llantos de mi almohada
- Parece mentira
- Loco por saber
- Recuerdos de una noche
- Por amarrarme
- Como tu cara
- A capa y espada
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