IV Palacio Metal Fest, Los Palacios (Sevilla), Pabellón Jesús Navas (10/03/18)
Tras
un par de semanas de lluvias y mal tiempo el sábado al mediodía se
abrieron los cielos, Odín y Thor se retiraron a sus aposentos en el
Valhalla con sus rayos y truenos y nosotros emprendemos viaje a Los
Palacios para disfrutar de una jornada en familia. Porque Palacio
Metal Fest es eso, una gran familia unida por la música.
Ese
año se trasladan de su habitual ubicación en el Parque de Las
Marismas al polideportivo Jesús Navas debido al riesgo de lluvias y
al estado en que se encontraba el parque. “Era eso o suspender”
nos comenta una de las organizadoras, y por supuesto suspender
hubiera podido significar tener que tirar la toalla y abandonar el
proyecto para los próximos años por las pérdidas económicas que
supondría. Recordemos que PMF está organizado por un pequeño grupo de personas (la Asociación Musical Palaciega del Rock) que no se dedica profesionalmente a la organización de eventos
aunque son mucho más profesionales que la mayoría de los que
conforman el panorama ibérico. Ellos organizan este Festival
dedicado a la Música Heavy Metal y HardCore, la fiesta de
presentación del mismo que este año tuvo lugar en Sevilla en la
sala Even y con lo recaudado se permiten el lujo de organizar otro
festival gratuito de puertas abiertas: El Amokafre.
Con
las prisas de última hora nos saltamos lo que debería ser la
primera parada obligatoria “Ancá Domingo”, pequeño bar de la
localidad que sirve de punto de reunión a los seguidores del Heavy
de la región, y nos dirigimos directamente al complejo deportivo en
cuyas inmediaciones ya se va viendo el ambiente festivo y de
reencuentro de metaleros venidos de diferentes localidades que ya son
caras habituales en este Festival. Entre saludos, abrazos, besos y
demás, se empiezan a escuchar las primeras conversaciones de
preocupación por el sonido y es que no puede ser lo mismo el
envidiable entorno de los años anteriores en el parque al aire libre
que un polideportivo cerrado. Pero no hay que venirse abajo y para
solucionar ese tema se han desplazado hasta la localidad los mejores
técnicos que se podían conseguir.
El
pasado año pusieron a la venta 500 entradas y se quedaron a unas 30
del “sold out”, este año han subido a 575 y se han vuelto a
quedar unas 30 del “Agotadas”. Desde aquí os lanzo una idea para
el próximo: poned 696 entradas a la venta, veréis que bien queda en
vuestro currículo el número de entradas que se vendan.
Abren
Pandemia, cuatro jóvenes venidos desde Cantabria con un Thrash
potente y una voz desgarradora. Su implicación en el directo es aún
mayor que en el par de CD que ya tienen a la venta. En 50 minutos
descargaron su energía presentando su último trabajo “Behind
Enemy Lines” autoproducido y gracias a una campaña de
crowdfunding.
Marabunta dando caña improvisada, pero eficiente.
Aquí
deberían estar Abductum pero por problemas médicos de uno de los
componentes no pudieron asistir. Se escucharon diferentes versiones
todas con la misma base que una gastroenteritis había impedido al
bajista tocar pero con la diferencia de que por un lado había sido
algo sobrevenido y hasta las diez de la mañana no habían mandado un
mensaje a la organización para avisar, por otro lado también se
escuchó que llevaba dos días enfermo. Si es esto último me
entristece la falta de profesionalidad ya que hubiera sido bueno ir
avisando del desarrollo de la enfermedad desde antes para que la
organización contase con más tiempo para solventar el imprevisto; no es lo mismo cinco horas que veinticuatro para encontrar
sustituto. De todas formas la rapidez y profesionalidad del equipo
organizador les permitió rápidamente contar con Marabunta grupo del
Aljarafe sevillano que con su directo contundente mezcla de Hardcore
y Rap hicieron las delicias del público.
Una vida entera dedicada al Heavy Rock, Zarpa.
Los
míticos Zarpa demostraron que cuarenta años de trayectoria a sus
espaldas no viene regalados sino trabajados. Eligieron una selección
de temas que fue del agrado de sus seguidores y llenaron una hora de
virtuosismo que no pudo competir con el mal sonido debido a las
características del local y a que todavía no había un lleno
completo que pudiera amortiguar los rebotes. No pudieron contar con
su habitual baterista, pero el sustituto estaba perfectamente
integrado en el grupo y no desmereció.
Con
Vhäldemar se consiguieron subsanar algunos fallos de acústica y
dieron un concierto increíble. Se mostraron muy cercanos al público
tanto sobre el escenario como fuera de él. Presentaron ante nosotros
su último trabajo “Against All Kings” ya considerado por muchos
como una obra de arte. Aunque tuvieron que eliminar algunos temas de
su set list por falta de tiempo, consiguieron dejarnos a todos un un buen
sabor de boca.
Debauchery
se presentaban por primera vez en España pero no por ser exactamente
un grupo novel pues ya tienen más de diez trabajos publicados a sus
espaldas y son un referente del Death Metal internacional. Su puesta
en escena fue impactante, no faltaron mascaras de demonios, sangre,
calaveras y demás. Curiosamente bajo el escenario se mostraron
simpáticos y amables atendiendo a todos los fans que se les
acercaban y era curioso ver a un tipo de casi dos metros pintado de
sangre sonriendo amistosamente a unos niños de diez años. Un gran
acierto de la organización haber conseguido contar con estos
alemanes que hay que ver por lo menos una vez en la vida.
Suicidal
Angels eran tal vez los más esperados y se hicieron esperar.
Numerosos problemas en el montaje atrasaron su comienzo, algunos
subsanados por los técnicos que una vez más demostraron su valía y
otros que tienen poca explicación como la negativa de tocar con un
doble bombo de diferentes colores. Aun así los griegos dieron un
magnífico concierto aunque su implicación y acercamiento dejó que
desear desde mi punto de vista.
El
cierre fue de la mano de Bellako que sirvió para agotar las fuerzas
que aún les quedaban a los más resistentes. Estos catalanes
consiguieron que sus fans gritaran, bailaran e hicieran los pogos
más salvajes de la jornada.
Entre
el bullicio cacofónico de quinientas personas hablando a la vez en
un espacio con más ecos que el Gran Cañón se me acercó una gran
amiga y componente de la organización y con lágrimas en los ojos me
dijo “Este no es mi Palacio Metal Fest”. Bueno, me parece que he
exagerado un poco lo de las lágrimas pero sí es verdad que la frase
la oí y si bien no fue todo lo que hubiéramos querido sí que
volvió a ser mucho más de lo esperábamos. Un Festival
imprescindible para todo amante de la música dura y del buen
ambiente.
Texto y fotos: Ignacio Moreno.
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