CRÍTICA L.D.
Material a pulir: Perpetual Night, disco “Anâtman” (2.018).
Banda procedente de: Granada.
Fundación: 2.012
Estilo: Death Metal Melódico
Discografía:
"Voices of the Apocalypse" EP 2.013
"Mastery of god" EP 2.016"Between light and darkess" Recopilatorio 2.017
"Anâtman" LP 2.018
Sello discográfico: Wormholedeath.
Agencia management: Kaamos Tour.
Autor de la reseña: Antonio Gil.
Desde Granada nos llega a Esquirlas de
Metal el primer larga duración de Perpetual Night. Ya le
veníamos siguiendo la pista desde que lanzaran "Between Light and
Darkness", que recopilaba sus dos primeras demos más un tema nuevo
que da nombre a la compilación.
Hay una evolución evidente desde sus
inicios, influenciados por el black metal sinfónico de Dimmu
Borgir, hasta la actualidad, donde siguen los pasos de bandas
como los primeros In Flames, Dark Tranquility,
Insomnium o Be'lakor.
¿Qué nos encontramos en Anâtman?
Ocho canciones muy trabajadas de death melódico o melodeath, si se
prefiere, con ciertos toques precisos de doom y sinfónico y que
entran a la primera escucha. Lo ha sacado el sello internacional
Wormholedeath. La mezcla y la masterización han corrido a
cargo de Carlos Santos y Jens Bogren (Opeth, Dark Tranquility, Amon
Amarth, Myrath, entre otros), respectivamente. Con este equipo, ¿qué
puede salir mal?
"¿Qué nos encontramos en Anâtman? Ocho canciones muy trabajadas con ciertos toques precisos de doom y sinfónico y que entran a la primera escucha."
El primer tema del álbum, "Anâtman",
es el que le da título al trabajo y, como ellos mismos se han
encargado de decir, es toda una declaración de intenciones. Tanto,
que ha sido elegido como single para presentar el plástico. El
videoclip ha sido grabado entre Sierra Nevada y Guéjar Sierra y el
resultado, espectacular.
Abre un riff de guitarra pausado y
adictivo al que progresivamente se van añadiendo el resto de
instrumentos. Unos susurros nos sumergen en una atmósfera sugerente
hasta que la voz
César cala como un aguacero. Se trata de un registro potente, con
personalidad. Durante los casi ocho minutos que dura el corte los de
Granada nos ofrecen una suerte de poética sobre la insustancialidad
y la pérdida del ego.
"Wild" lo tiene todo para ser un
posible segundo single, garra, riffs incendiarios y a la vez esas
melodías pegadizas que difícilmente saldrán de tu cabeza. También
su duración, unos cuatro minutos que parecen muchos menos. Tras un
comienzo vertiginoso y salvaje que puede recordar a Amon Amarth,
un interludio más pausado desemboca en el riff principal. A
destacar, un solo de guitarra de lo más clásico.
En "The Howling" colabora la también
granadina Raquel Eugenio.
Quien esté puesto al día en redes sociales sabrá que es una
habitual de Youtube, medio donde realiza versiones de grupos como
Marea o Celtas Cortos. Es conocida también como Xana Lavey
en el disco tributo (úsese la preposición que convenga) Mägo
de Oz. El resultado de la
excelente voz de Raquel en comunión con los guturales de César es
magnífica, un armonioso contrapunto esencial para describir una
atmósfera rica en sensaciones encontradas. Tiene momentos que
recuerdan a Omnium Gatherum, Lacuna Coil o Amaranthe en
el empleo de sintetizadores. Al igual que en "Wild", nos presenta un
solo muy clásico, con el que termina.
"Nothing Remains"
arranca con un riff arabesco y con la batería entrando poco a poco
hasta que rompe César con sus alaridos. Personalmente es un tema que
me recuerda a su primera etapa, en la que eran más fieles al black
sinfónico. El estribillo deja un mensaje muy claro “No hay dios
que juzgue mis pecados, ni moral, ni sentimientos, nada queda” Con
este panorama, qué legado dejar si no “huesos en un recipiente
vacío” Ni la muerte importa. A partir de este tema el disco se
vuelve algo más doom. Brillante el trabajo de las guitarras, una vez
más.
"His darkness" empieza
melódica y pausada, luego se va volviendo cada vez más densa,
adentrándose en un sendero oscuro con la única luz de referencia en
la batería de Osckar Bravo. En el estribillo, Ramírez juega con las
voces provocando un resultado muy efectista.
"Puedes sentir la lluvia en mitad de la noche resbalar por tu rostro, primero lenta, después con más intensidad conforme la música se va desarrollando . Estás solo completamente. Pesa el silencio."
"Raindrops"
es una de mis favoritas. Doom en estado puro. Relajada y atmosférica,
progresiva, evocadora. Puedes sentir la lluvia en mitad de la noche
resbalar por tu rostro, primero lenta, después con más intensidad
conforme la música se va desarrollando . Estás solo completamente.
Pesa el silencio. Llama la atención el empleo de sintetizadores
pasado la mitad del tema que recuerdan a la escena de la bañera de
la película Psicosis de
Hitchcock, justo después de otro solo bien ejecutado, momento de
inflexión que conduce nuevamente al estribillo.
"Unpronounced
words" vuelve a recuperar
la intensidad que había quedado difuminada en el corte anterior. No
obstante, el estribillo sigue conservando elementos doom. La
presencia de los teclados casa genial con la atmósfera que se
desprende. ¿Otro single? En su web ya se comercializan camisetas con
el título de la canción.
"Absense
of reality"
se desmarca un poco de las siete canciones anteriores en cuanto a
temática se refiere. Si antes hemos hablado de la ausencia del yo,
de la soledad y de la aceptación de la muerte aquí encontramos una
reflexión sobre las mentiras de la realidad
y la
decepción como resultado final de la ausencia de la misma.
Musicalmente es el tema más alambicado, progresivo y más personal
de los ocho y quizá sea una pista del camino a seguir en el futuro.
En definitiva, estamos ante un
excelente disco debut donde Perpetual Night han sabido
conjugar fuerza y melodía a partes iguales, han creado sutiles
atmósferas y han mostrado, sin temor alguno, cuáles son sus
influencias. Es posible que el disco baje en intensidad a partir de "His Darkness", pero no de calidad. Es más, estoy seguro de que recordarás
y silbarás pasajes enteros con ta solo una escucha.
Las guitarras de Raúl y César son
protagonistas en todo momento y nos dejan grandes solos a lo largo de
la obra. Las baterías de César suenan contundentes y agresivas y el
bajo de Carlos es fundamental para lograr esos pasajes y atmósferas
tan sugerentes con el refuerzo de los teclados.
La ardua tarea viene ahora, superar
este debut no va a ser fácil pero dejemos pasar el tiempo. Ahora
toca defender esta obra sobre los escenarios entre todos, los hijos
de Kaamos.
Antonio Gil.
Temperatura del soplete: 900º/1.000º
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