CRÍTICA L.D.
Material a pulir: MEDICTUM, disco “El País de las Pesadillas” (2.018).
Banda procedente de: Sevilla (España).
Fundación: 2.017
Estilo: Metal
Discografía: “El País de las Pesadillas” (debú)
Formación: Antonio Medina (voz y guitarra solista)
Manuel Medina(bajo)
Rafael Córdoba (guitarra rítmica)
Pablo Pérez (Batería)
Sello discográfico: Autoeditado
Redes
Fanpage: Facebook.com/MedictuM
Twitter: @Medictumsevilla
Youtube: Youtube.com/channel/MedictuM
Instagram: Medictum_
Autor de la reseña: Pablo Aliscar.
La formación actual sevillana, ya en proceso de grabación del segundo disco.
Repican, doblan las campanas para dar entrada a unos fantásticos y exactos dos minutos diez segundos de pura creatividad sonora que fabrican expectación, con unas guitarras afiladas en plan Thrash hasta que hacen aparición las voces que, siendo honesto y directo desde el principio, a la par que respetuoso como no podía ser de otra forma, serán los pies de barro de este primer trabajo de los sevillanos MedictuM. Grandes pasajes y momentos instrumentales ocurrentes, brillantes, que hacen que se espere un progreso futuro pese a ser no una pesadilla pero sí un lastre el instrumento vocal, apartado que deben replantearse para poder conseguir dar ese paso adelante que apuntamos. Estas líneas podrían ser duras pero un buen resumen representativo de lo que "El País de las Pesadillas" me ha sugerido. Soy de los que prefieren la sinceridad pese a que pueda granjearme "problemas", aunque tras haber hablado con algún integrante de la banda y transmitirle una previa impresión, espero que no trascienda de algún bufido y "¡qué cabrón el Pablo" pero poco más (sé que tienden a la profesionalidad y que son artistas receptivos a la crítica constructiva), porque que te digan que tu voz no encaja en tu proyecto musical debe fastidiar. Mis disculpas, pero no soy de medias verdades.
Aclarado esto, no me quedaré en un simple titular que condense mis sensaciones, así que voy a destacar algunos aspectos de este disco debú de MedictuM, track by track.
Tras ese inicio instrumental prometedor, con pasaje exótico incluido, empezamos a advertir lo casero de la producción (material grabado "en casa") y lo peculiar de la voz de Antonio, áspera, tosca, punkarra incluso, recordándome en algunos aspectos a la del voceras de Reincidentes, saliendo a borbotones. Algunas letras surgen como muy apretadas, sin terminar de casar con la música en ocasiones. En el balance positivo de la lírica, destacar ese compromiso social, de denuncia de lo que acontece en nuestro país, con la corrupción y la merma de derechos.
De este primer tema homónimo del título del álbum, como del resto, sobresalen las partes guitarrísticas, de gran calidad y frescura, y sin embargo la mezcla no está lograda pues las voces suenan enlatadas, no homogéneas. Hay algo de Rock Urbano / Heavy Clásico en la forma de entonar del vocalista que me recuerda a Cadena Perpetua (esto es algo personal, que aprecio yo).
Sigamos con "Desterrado", con una batería como debe de sonar, contundente. Armónica pieza con destellos a lo "Göteborg Sound" llena de musicalidad en la que la voz de Antonio parece que está tratada de otra manera, o se me acopla mejor.
"Corazón de piedra", a primera escucha me entró muy bien, quizá más Heavy y con mayor dosis de musicalidad, métrica más accesible, líneas vocales mejor trabajadas, un todo logrado, dobles armonías de guitarra muy chulas que enriquecen la propuesta musical. Otro apunte a resaltar es que hay un fragmento donde se da rienda suelta a los tambores bien acompañados de los otros instrumentos, parte contundente interesante que semeja ser una canción dentro de otra, logrando un todo con unos coros conseguidos. Quizá sea el corte que más me ha llegado.
El cuarto tema, "Última oportunidad", sigue esa línea más Heavy en lo musical y más Thrash-Punk en la voz, con estructuras más accesibles y buenas ideas en lo compositivo.
Vamos despertando de la pesadilla con "Un minuto tarde", de manufactura maidenesca en guitarras, aunque nuevamente no veo que empasten bien lírica y música, resultándome muy punk, bebiendo de la mala leche, pero sin llegar a llenarme.
La siguiente en sonar es "Calma", que se condensa en unos acordes acústicos que reflejan eso, sosiego; bonita composición instrumental.
Penúltima somnolencia angustiosa, "Sentenciado a obedecer" empieza poderosa pero me pasa como con la quinta rola, que no seduce. Tienen que trabajar más y mejor, a mi parecer, la composición lírica para transmitir con garantías y encajarla adecuadamente; no aprecio la inspiración que sí se da en otros temas. En cambio, la parte instrumental sí sobresale, como es la tónica en el global de este debú.
Punto final a este primer desvelo, ensoñación, de Medictum con "Por un sueño". Otro buen inicio a nivel de melodías, bajo bien presente, seis cuerdas dobladas, todo bien combinado y con gusto, con secuencias algo progresivas, corte que cierra, como decimos, el primer paso que afronta esta joven formación hispalense, prometedor, con buenas ideas e intenciones, gran nivel y habilidad para la composición instrumental. Sólo les falta decidir sobre el aspecto vocal e ir madurando en estudio y sobre el escenario, cosa esta última que ya están puliendo.
Temperatura del soplete: 600º/1.000º
Tras ese inicio instrumental prometedor, con pasaje exótico incluido, empezamos a advertir lo casero de la producción (material grabado "en casa") y lo peculiar de la voz de Antonio, áspera, tosca, punkarra incluso, recordándome en algunos aspectos a la del voceras de Reincidentes, saliendo a borbotones. Algunas letras surgen como muy apretadas, sin terminar de casar con la música en ocasiones. En el balance positivo de la lírica, destacar ese compromiso social, de denuncia de lo que acontece en nuestro país, con la corrupción y la merma de derechos.
"Grandes pasajes y momentos instrumentales ocurrentes,
brillantes, que hacen que se espere un progreso futuro
pese a ser un lastre el instrumento vocal, apartado que
deben replantearse."
Sigamos con "Desterrado", con una batería como debe de sonar, contundente. Armónica pieza con destellos a lo "Göteborg Sound" llena de musicalidad en la que la voz de Antonio parece que está tratada de otra manera, o se me acopla mejor.
"Corazón de piedra", a primera escucha me entró muy bien, quizá más Heavy y con mayor dosis de musicalidad, métrica más accesible, líneas vocales mejor trabajadas, un todo logrado, dobles armonías de guitarra muy chulas que enriquecen la propuesta musical. Otro apunte a resaltar es que hay un fragmento donde se da rienda suelta a los tambores bien acompañados de los otros instrumentos, parte contundente interesante que semeja ser una canción dentro de otra, logrando un todo con unos coros conseguidos. Quizá sea el corte que más me ha llegado.
El cuarteto que grabó "El País de las Pesadillas", con el ya ex miembro Sergio a las baquetas.
El cuarto tema, "Última oportunidad", sigue esa línea más Heavy en lo musical y más Thrash-Punk en la voz, con estructuras más accesibles y buenas ideas en lo compositivo.
Vamos despertando de la pesadilla con "Un minuto tarde", de manufactura maidenesca en guitarras, aunque nuevamente no veo que empasten bien lírica y música, resultándome muy punk, bebiendo de la mala leche, pero sin llegar a llenarme.
La siguiente en sonar es "Calma", que se condensa en unos acordes acústicos que reflejan eso, sosiego; bonita composición instrumental.
Penúltima somnolencia angustiosa, "Sentenciado a obedecer" empieza poderosa pero me pasa como con la quinta rola, que no seduce. Tienen que trabajar más y mejor, a mi parecer, la composición lírica para transmitir con garantías y encajarla adecuadamente; no aprecio la inspiración que sí se da en otros temas. En cambio, la parte instrumental sí sobresale, como es la tónica en el global de este debú.
Punto final a este primer desvelo, ensoñación, de Medictum con "Por un sueño". Otro buen inicio a nivel de melodías, bajo bien presente, seis cuerdas dobladas, todo bien combinado y con gusto, con secuencias algo progresivas, corte que cierra, como decimos, el primer paso que afronta esta joven formación hispalense, prometedor, con buenas ideas e intenciones, gran nivel y habilidad para la composición instrumental. Sólo les falta decidir sobre el aspecto vocal e ir madurando en estudio y sobre el escenario, cosa esta última que ya están puliendo.
Temperatura del soplete: 600º/1.000º
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