Stravaganzza. Sala La Riviera, Madrid (28/09/19)
Cuando el fiel seguidor
de un grupo acude a un concierto con unas expectativas altísimas, pueden
ocurrir dos cosas: que se cumplan y esa noche se convierta en memorable o que
no se cumplan y que las sensaciones acaben teniendo un punto agridulce. A mí me pasó un poco lo segundo con el concierto de
Stravaganzza en Madrid el pasado 28 de septiembre.
Antes de que alguien se
me tire directamente a la yugular, me pondré la coraza y dejaré claro que
Stravaganzza es una de mis bandas favoritas; quizá por eso puedo permitirme la
licencia de ser un poco más crítico de lo habitual: los he visto varias veces en
directo, tanto en salas como en festivales, y siempre han demostrado una profesionalidad
sin parangón. Sobre esa sólida base, lo de este último concierto en Madrid
prometía ser un hito, pero desde mi humilde punto de vista faltó ese extra de
sorpresas que más de uno esperábamos presenciar, algo que lo hiciera aún más redondo, si cabe.
Se había creado mucha
expectación en torno a la fecha, y con esa actitud acudimos a La Riviera hace
un par de sábados; incluso, varios amigos se desplazaron expresamente desde Sevilla
para presenciar el concierto. Colas para entrar, buen ambiente en la previa exterior…
que quedó un poco desdibujado cuando entramos a la sala y vimos la afluencia de
público presente: cierto es que había derbi madrileño esa misma tarde, cierto
es que eran 26 € de entrada, pero nos quedamos sorprendidos al ver una sala con amplios
huecos libres. Hemos leído otras crónicas en las que se hablaba de ‘sala abarrotada’; no caigamos
tan rápido en la condescendencia, por favor, que no beneficia a nadie.
Y al igual que decimos lo
anterior, también es obligado reconocer que Stravaganzza tiene pocos competidores
a nivel musical. Verlos en directo es un deleite para los sentidos. La descarga
se dividió en bloques correspondientes a los discos que han sacado al mercado,
y el Primer Acto comenzó con un soberbio "Dios" en el que pudimos comprobar
todo lo que habían preparado para el desarrollo del show: un cuarteto de
cuerda, una coral que dirigía el gran Pepe Herrero y un grupo de bailarinas que
aportaban esencia visual al concierto (el equipo de Zarina, Danza Rock Metal). Buenos despuntes de Leo a los agudos durante
el desarrollo, como no podía ser de otra manera.
"Cárcel de piel y hueso"
sorprendió a más de uno por la fuerza que aportaba la segunda guitarra de
Miguel Ontivero, muy bien acoplada en el conjunto y que añadió sonidos potentes
al asunto. Un tema con numerosos cambios de ritmo que sirvieron de antesala a
una más lineal (no por ello menos esperada) "Y en soledad me lamento",
hasta desembocar en la excelsa "Mi Tempestad", para mí la mejor canción
del primer disco, con tonalidades llenas de rabia y con una historia de lo más oscura
detrás; la coral puso su merecida nota hacia el final de la canción, dejando
claro que su inclusión no era casual. Sonido muy bueno desde el comienzo, con la
adición de dos pantallas en los laterales en las que se podía ver el transcurso
del concierto a tiempo real. Punto a favor.
El comienzo del Segundo
Acto estuvo precedido de una nueva presencia de las bailarinas en el escenario,
cuyos movimientos daban empaque al show hasta convertirlo en un romántico todo.
"Miedo", caracterizada por esa atmósfera lóbrega, fue la elegida para abrir
este nuevo bloque. La mayestática "Pasión" fue una de las mejor recibidas
de la noche y la encargada de unir a todos los presentes en un fructífero sentimiento
de hermandad, un medio tiempo orquestado que siempre funciona a la perfección
en directo. Veíamos a unos Stravaganzza firmes sobre el escenario, compactos, cómplices con un público que estaba disfrutando de lo lindo. La épica
"Desilusión" y la oscura "Dolor" formaron un combo ideal para poner
punto y final al bloque, sobre todo esta última, en cuyo inicio pudimos
disfrutar de Leo Jiménez en plenitud gracias a la casi ausencia de
instrumentos.
El disco Réquiem supuso en su momento un merecido puñetazo en la mesa , un punto de inflexión que
cuenta con auténticas maravillas musicales como "Deja de llorar", que
sirvió de apertura para el Tercer Acto del espectáculo. La coral funcionando a pleno
pulmón y la performance de danza acompañando una canción sumamente emotiva, que
La Riviera coreó a pleno pulmón; mención especial para Patricio Babasasa, muy
activo durante toda la descarga. Siempre he dicho que "Grande" es una de mis
canciones favoritas (no solo de la banda), un tema cargado de pasión y un
recordatorio sublime al productor Big Simon, con ritmo atroz, guitarras pesadas
y una melodía que se clava desde el primer momento en tu cabeza. Disfrutar en
directo de un tema así es siempre una gozada, con un Carlos Expósito brillante a la batería.
En la animada "Máscara
de Seducción", el apartado visual subió grandes enteros con una bailarina
luciendo un espectacular body-painting. La propia "Réquiem", que da nombre
al tercer disco, y "Perdido", corte cargado de potencia y toques cercanos
a lo electrónico, ejercieron de maestras de ceremonias para la combinación posterior de
dos preciosas piezas como "Nostalgia" e "Inmortal", que nos pusieron
de nuevo la piel de gallina. Un Leo en plenitud de voz acompañado al piano por
Pepe Herrero, artista polifacético donde los haya. Un puntazo muy acertado en
el concierto... tras el que comenzó el
Cuarto Acto, correspondiente al último redondo en estudio de la banda, con nombre
Raíces. "Cuestión de fe", con un sonido bien pesado, y "Sin Amar",
uno de esos temas que entran a la primera escucha por lo pegadizo de su
estribillo, fueron los encargados de abrir este nuevo segmento musical. El cantante Korpa salió
al escenario para acompañar en las labores vocales a Leo en "Importencia II"
y aportar un toque gutural a la descarga, logrando que el público siguiera
saltando y moviendo las cabezas con energía; personalmente, a mí me gusta más
la "Impotencia" del disco Sentimientos, pero también es cierto que esta
suena mucho más contundente.
"Un millón de sueños"
era otra de las obligadas, uno de los temas más destacados del cuarto LP que
siempre funciona muy bien en directo: letra emotiva y melodías envolventes, dos
elementos que suponen garantía de éxito. "Agonía" y la propia "Raíces"
se encargaron de poner punto y final a los actos en que se dividió esta última función del combo madrileño, dos
temas en los que la pincelada visual volvió a brillar con la presencia de las bailarinas
sobre el escenario. En los bises no podían faltar "Hijo de la Luna",
auténtico himno que la banda supo traer hacia sonidos oscuros, y "Eloise",
del gran Tino Casal, con el público entregado una vez más adivinando ya el fin
de la fiesta. Es llamativo cómo han sabido hacer propias canciones tan alejadas
de su género y cómo el respetable ha sabido reconocerlas.
¿Que fue un gran
concierto? Sin duda. Estamos frente a unos músicos de primer nivel, unos profesionales
que sabes que van a darlo todo en cada descarga y que además han sabido rodear
el show de un apartado visual excelente; la presencia en escena de Stravaganzza
es imponente. ¿Que personalmente esperaba algo más en una noche tan especial? Pues también he
de decirlo. Porque casi calcaron el setlist que tocaron en Sevilla hace dos años, la última vez
que los vi en sala, y esperaba alguna sorpresa que diera empaque al asunto: algún tema inédito de futuro material, alguna nueva versión que marcara diferencias... y porque también, exceptuando a
Korpa, me faltó presencia de invitados de calado sobre el escenario: creo que era una
ocasión idónea para tirar de agenda y dar al concierto una semblanza original, más siendo grabado para la posteridad.
En el previo del concierto no éramos los únicos que, comentando la cita, esperábamos por ejemplo una colaboración de Mónica Naranjo, como han hecho ellos en alguna ocasión en los conciertos de la Diva. Era una noche única en la que me faltó esa pizca que, como decía al principio, la hiciera más redonda todavía.
En el previo del concierto no éramos los únicos que, comentando la cita, esperábamos por ejemplo una colaboración de Mónica Naranjo, como han hecho ellos en alguna ocasión en los conciertos de la Diva. Era una noche única en la que me faltó esa pizca que, como decía al principio, la hiciera más redonda todavía.
Expectantes quedamos
ante el anuncio de que pronto verán la luz nuevas creaciones, en lo que será un merecido Quinto Acto. ¡Que la espera pase pronto!
Texto: Miguel Martínez R.
Fotografía: Pablo Alarcón A.
Edición digital: José Luis Alarcón P.
En este enlace, más fotografías del evento:
Flickr.com/EdeM/Álbumes/Stravaganzza-Madrid-DVD
Texto: Miguel Martínez R.
Fotografía: Pablo Alarcón A.
Edición digital: José Luis Alarcón P.
En este enlace, más fotografías del evento:
Flickr.com/EdeM/Álbumes/Stravaganzza-Madrid-DVD
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