jueves, 7 de noviembre de 2019

Pozal, pueblo de valientes.



XV Atalaya Rock. Pozal de Gallinas, (12/10/19) 
    Lo reconozco: No había oído hablar jamás de que en Valladolid hubiese un pueblo llamado Pozal de Gallinas. Mucho menos que hubiese un festival (dos, si contamos el "Galia Metal Fest") gratuito. Y por supuesto, ni mucho menos podía imaginar que fuese yo a asistir a su decimoquinta edición. Porque sí, al saber que los italianos "Frozen Crown" volvían a España 8 meses después para actuar en este festival, el Atalaya Rock, no estaba dispuesto a perdérmelos de nuevo (desafortunadamente, no pude verlos en la gira hispana de 4 días que hicieron allá por febrero). Así que me agencié los billetes hasta tierras del Pisuerga, un camastro y un autobús que nos llevara hasta el festival (los heavys sabemos montárnoslo muy bien), a unos 50 km de la capital, y allá que me presenté, dispuesto a disfrutar de una gran noche. Y eso que sólo iba por ver a Frozen Crown... Y no, el pueblo de Pozal de Gallinas ya no se me va a volver a olvidar…
     Al llegar desde tan lejos (Sevilla fue el punto de partida), no me dio tiempo de ver las actuaciones de dos grupos que amenizaron la espera hasta el comienzo del festival. Por un lado, A mamarla, una banda de versiones de Rock Nacional. Por otro, Hook, una banda de versiones de Rock Internacional. Para todos los gustos, oiga. Según me pude informar, tuvieron gran aceptación. 
     Valladolid es una ciudad que tenía en lista de espera para visitar, y en lista de espera seguirá porque, como iba a lo que iba, no pude explorarla. Aún así, tiempo me dio de ver la Catedral (por fuera) antes de llegar al Faroles Taberna Rock, desde donde salía el autobús que nos llevaba a Pozal. En el transcurso del viaje conocí a David Gadea, un tipo que se sorprendió de que viajase sólo desde Sevilla para ir a un festival en un pueblo perdido de la mano de... Belial. Y me dijo que tras el festival haría un vídeo en el que mencionaría a ese loco sevillano. Por aquí me adelanto: ¡¡Un saludo, David!! Por supuesto, se llevó su tarjeta Esquirlera, aunque no lo inmortalicé, ahí no anduve fino.
      Pozal de Gallinas es un pueblo pequeño, no supera los 550 habitantes. Probablemente, sólo tenga un ayuntamiento, unas cuantas calles, un polideportivo y un puñado de heavys. Suficiente para montar no uno, sino dos festivales y con bandas del calibre de Vhaldemar o Los Barones. Y gratis. Increíble. Pero ahí está. Cuando se quiere, se puede…
¡¡Y una banda!! ¡Casi lo olvidaba! Una banda local, Dawnlight, que aprovechaba el evento para presentar su primer trabajo, Until the dark sun rises. No los conocía, pero les he echado una oreja y me doy cabezazos por no haberme agenciado su redondo allí mismo. Lo haré más pronto que tarde.



      Así que al llegar al polideportivo, que es donde se celebraba el festival, eché un rápido vistazo al merchandising de fuera y entré. Dentro también había stands de ventas y cuando me acerqué a ver las camisetas de Frozen Crown, me sorprendió que la cara del que me atendía me sonaba mucho... ¡Y tanto! ¡Federico Mondelli, bajista y líder de la banda Frozen Crown, era quien me atendía! No me pude llevar la camiseta pues no quedaba mi talla, pero él sí se llevó la correspondiente tarjeta Esquirlera.


Federico Mondelli, con nuestra tarjeta de Esquirlas.

      Ya quedaba poco para el comienzo así que, aunque sólo iba por ver a los Frozen Crown, ya que estaba allí decidí verlos todos, empezando por Vhaldemar. ¡¡Qué descubrimiento para mi!! Llevan 20 años sobre los escenarios, he coincidido con ellos en dos ediciones del Leyendas del Rock y nunca les había prestado atención. Y eso que amigos míos me los recomendaron expresamente. Tuvo que ser en Pozal donde abrí los ojos ¡Y de qué manera!, al tsunami de Barakaldo. No me pude hacer con el set list de ninguno de los grupos (¡qué desastre!), pero me pude enterar de que tocaron en su mayoría temas de su último trabajo, "Against All Kings". Un discazo. Y un conciertazo el que se marcaron. 



¡A mueeerte! Ahí iba Carlos entre las huestes de Pozal.

El cantante (Carlos Escudero) supo meterse al público en el bolsillo con su despliegue de garra en cada tema, marcándose lo que yo llamo "un Óscar (Sancho)" dejándose llevar en volandas por el público y mezclándose entre ellos, cantando al lado de los que estaban sentados en las gradas. Y Pedro, el guitarrista, no paraba de gesticular y de animar al público mientras jugueteaba con su instrumento. Lo dicho, un descubrimiento para mi. Nunca es tarde.


      Tras ellos llegaron Celtibeerian, un grupo que guarda cierta similitud con Mägo de Oz aunque de corte más duros, Folk Metal, ya que combinan sonidos metaleros con los acordes de un violín. Tienen temas que entran bien y supieron animar al público. Aun así, fue el grupo que elegí para ir a reponer fuerzas, ya que la noche era larga y quedaba lo más gordo por delante. También aproveché para hacerme con una camiseta del Festival. Después de que nos regalaban tamaño evento, qué menos que llevarme al menos la camiseta y colaborar de esa manera con el festival.


      Y ahora llegaban... Los Barones, que si bien no eran el motivo de mi asistencia, era obvio que no me los iba a perder. Sherpa nunca decepciona y en esta ocasión nos deleitó con una hora y media de concierto en la que sonaron temazos como "Hijos de Caín", "Los rockeros van al infierno", "Resistiré", "Concierto para ellos", "El malo", "Barón Rojo" o "Larga vida al Rock 'n' Roll". Fueron el preludio perfecto para lo que se me avecinaba, pues llegaba el momento para lo que me había desplazado hasta Pozal de Gallinas...
Y por fin, llegaban... ¡¡
FROZEN CROWN!!


      Allá por febrero de 2018, escuchaba por vez primera el single debut de estos italianos, "Kings". Me encantó. La siguiente que escuché "The Shieldmaiden", no tardó en encaramarse entre mis temazos favoritos. A partir de ahí, "The Fallen King" ya sonaba a todas horas en el coche, en el móvil... Y me propuse que para 2019 tenía que verlos (si venían a España, claro. Ojalá pudiera decir esa frase sin premisas, jaja).
Y vinieron. Madrid, Vitoria, Zaragoza y Valencia fueron sus paradas en febrero. Sin embargo, no me fue posible por esas fechas 'pegarme la escapada'. De ahí que la fecha "pozalera" fuese marcada en rojo desde que tuve conocimiento del evento.
      Y ahí me encontraba. En primera fila para ver por fin a Giada, Fede, Thalia, Filippo y Alberto en acción. Especialmente motivado por la actuación de Alberto. Tras escuchar "Crowned in Frost", pensé que el batería se había vuelto loco (por su frenética forma de tocar, mucho más veloz que en "The Fallen King") y quería comprobar si en directo se volvía igual de "loco".
Tardaron un poco en empezar el show por unos problemas de sonido que se alargaron más de la cuenta, de hecho en los primeros temas aún tuvieron que lidiar con ellos y "The Wolf and the Maiden", "Arctic Gales" y "Neverending" no sonaron todo lo bien que se esperaba. La cara de Federico Mondelli lo decía todo. Afortunadamente, los problemas se solventaron y el resto de concierto sonó cada vez mejor. "Fail no more""To infinity""Queen of Blades" fueron las siguientes y ya la maquinaria estaba engrasada. Thalia (19 añitos y vaya qué tablas y cómo maneja su guitarra), Federico y Filippo dándolo todo a las cuerdas, Giada dejándose las suyas en cada canción y Alberto... pues a lo suyo, reventando su batería, extramotivado. Cierto es que la mayoría de temas que tocaron eran del primer trabajo, más 'tranquilo' en la batería, pero cumplió de forma notable.



       De repente, "Kings". El primer tema que conocí de ellos y con el que me cautivaron. Yo no sabía que tenía unos muelles en las deportivas. Quizás no las llevase, pero ya desde ese momento no paré de saltar y cantar con mi 'inglé inventao' (que dirían "Los Chanclas"). "Netherstorm" y "Forever" fueron las siguientes, otros dos temazos para no bajar el listón. Ya a estas alturas uno se estaba quedando sin voz y casi sin fuerzas después de un largo día, pero había que aguantar que aún quedaba lo mejor…
Y es que tras "I am the Tyrant", llegó la bomba, el mejor tema del grupo, mi canción favorita de Frozen Crown y una de mis favoritas de todas, "The Shieldmaiden". Ahí ya dejamos todo, ellos, yo, el público (los que conocían el grupo; había muchos que no los conocía por lo que oí en los momentos previos a su actuación)... No puedo explayarse demasiado pues me había desplazado a Pozal de Gallinas expresamente para vivir ese momento, esa canción, esos 5'51" perfectos, y a eso me dediqué, a disfrutarla a tope.
     Finalizó su actuación y para mi se había acabado el festival, pero para el resto de público no y tampoco para la última banda que quedaba por tocar, Killus. No los conocía y entre eso y que estaba molido no les presté mucha atención, pero al público que quedaba se les veía entusiasmados.
Fede
Giada

Thalia B.
      Tras la actuación de Killus dio carpetazo el festival en cuanto a actuaciones, pero aún quedaban diversos sorteos con las papeletas que daban con las consumiciones. Como el autobús no nos recogía hasta las 5 de la mañana me acerqué a ver si me tocaba algo. Pero no hubo suerte. A punto estuve de coger un disco de los Dawnlight (lanzaron algunos al finalizar los sorteos), pero unas manos furibundas me lo arrebataron cuando casi era mío. Debía de ser súper fan para tirarse así por él…
     Y ahora sí, acabó un festival de un día, gratuito, con cinco bandas de diverso renombre, en un pueblo de 550 habitantes, que demostraron una máxima que cierto entrenador de un equipo de fútbol puso de moda, y es que "Si se cree y se trabaja, se puede". Y en Pozal de Gallinas creen. Así llevan 15 años.
¡¡Larga vida al Atalaya Rock!!

J. Fajardo "Heavyer"

Otras fotos del evento:


 Giada con "Sopletillo"

  Javier F. con Carlos, vocalista de Vhäldemar.

 Vista general del recinto. ¡A reventar!

 Con Ricardo, nuevo Metal Splinter, seguidor de EdeM.


Con Frozen Crown al completo.

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