Wild Krash + Ego Maniacs. Sala Even, Sevilla (08/12/18)
Tríada:
conjunto de tres cosas o seres estrecha o especialmente vinculados
entre sí.
Tres.
Tres salas. Tres eventos tuvieron lugar de manera simultánea y uno
al ladito del otro la noche del 8 de Diciembre. Me tocó elegir y
acerté. Wild Krash junto a Ego Maniacs tocaban en la Sala Even.
Son
las 21:30, hora prevista para la apertura de puertas, la cual se
retrasaría hasta las 22:00. Apenas veinte personas se encuentran
esperando para entrar. Ha tocado competir con la celebración de los
20 años de Ecologistas en Acción, con músicos como Kiko Veneno o
el Pájaro en una de las salas, The Electry Alley junto a Hards Days
en la otra sala y un puente de cuatro días. Aún así, todavía es
temprano.
Son
ya las diez de la noche, el público empieza a acceder a la sala,
algo llama inevitablemente la atención de todos, es un niño, un
niño de no más de seis años, con su chaqueta de cuero, aguardando
su turno en la cola, mientras saca su entrada del bolsillo. Ya está
en funcionamiento la modificación del Decreto por el cual los
menores de 16 años pueden acceder a las salas de conciertos
acompañados de un tutor legal; lo que supone una gran noticia para
todos, pero especialmente para mí que podré llevar a los
Rockanroles a mil conciertos, meternos en los pogos, dejarlos con
desconocidos que los subirán a los escenarios, beber chupitos de
licor de mora y un sinfín de incalculables locuras siempre y cuando
los padres nunca lean esto y me dejen a los niños.
Pero
vamos al lío. Un cuarto de hora después daría comienzo el
concierto de Ego Maniacs, grupo de tres jovencísimos madrileños que
sorprendieron para bien al cada vez más numeroso grupo de personas
allí presente, aunque aún algo reticentes por acercarse a las
primeras filas. La canción elegida para abrir el espectáculo fue la
versión de “It's so easy”,
de Guns & Roses, un grupillo algo más conocido. Durante todo el
concierto fueron alternando versiones de canciones bastante conocidas
con temas propios, finalizando con “Detroit
Rock City”, del grupo ese de los tipos que se pintan
las caras y llevan plataformas. Aunque el comienzo sonó un poco
flojo, tras el primer tema propio aquello sonaba bastante interesante
teniendo en cuenta la edad de los tres componentes. Un sonido
profesional, maduro, potente, canciones todas en inglés y....yo que
no tenía pensado beber, me topé como por arte de magia con una
petaca rellena de Jim Bean en mi mochila, no quería, no, pero
tampoco podía desperdiciarla.
Adiós al sumo rigor de la crónica. Hola diversión sin fin. Y siguiendo con lo importante, si algo llamó mi atención de Ego Maniacs fue el bajo, un instrumento al que personalmente no tengo muy en cuenta, pero que en este caso tenía un protagonismo crucial en el conjunto. El pequeño bajista consigue sacarle el máximo partido y hacer que suene con una fuerza brutal. Sin duda alguna un grupo que promete y que si tenéis lugar de verlos, no lo dudéis.
Adiós al sumo rigor de la crónica. Hola diversión sin fin. Y siguiendo con lo importante, si algo llamó mi atención de Ego Maniacs fue el bajo, un instrumento al que personalmente no tengo muy en cuenta, pero que en este caso tenía un protagonismo crucial en el conjunto. El pequeño bajista consigue sacarle el máximo partido y hacer que suene con una fuerza brutal. Sin duda alguna un grupo que promete y que si tenéis lugar de verlos, no lo dudéis.
Y...yo
que no tenía pensado beber, me topé por sorpresa con un chupito de
Thunder Bitch.
"Algo llama la atención de todos, es un niño de no más de seis años, con su chaqueta de cuero, aguardando la cola, mientras saca su entrada del bolsillo. Los menores de 16 años ya pueden acceder a las salas de conciertos. ¡Gran noticia para nuestro Rock Metal!"
Cambio de bandas, descanso para tomar el aire y vuelta
a la sala, una sala con algo más de público, la dispersión entre
el personal hacía que toda la sala quedara cubierta, como si de una
plantación de arbolitos a tres bolillos se tratara.
Sobre
las 23:30 da comienzo el show que todo el mundo debería ver al menos
una vez, al mes. Wild Krash, el otro trío de la noche, entran a
escena y el público se desmelena. Los hijos de la noche no
necesitaron mucho para hacer que la sala se viniera arriba desde el
primer tema; con ellos no caben las medias tintas, son pura pasión,
energía, se lo pasan bien sobre el escenario y consiguen
transmitirlo a los de abajo. Y... yo que no tenía pensado beber, me
topé por sorpresa con un chupito de Jack Daniels; hubiera estado muy
bien como guiño al videoclip del temazo “Hard
Liquor” de no ser porque me lo bebí con mucha
alegría pensando que era Thunder Bitch. Soy una tipa dura, pero no
tanto.
La fiesta sigue con canciones cada vez más conocidas y cantadas por un público totalmente entregado. También se forman varios pogos a lo largo del concierto. En esta ocasión, dado que no quería lesionarme por aquello de tener que trabajar al día siguiente, organizamos un pogo en petit comité a un lado de la sala, y ni aún así me libré de recibir una brutal patada en la espinilla que ha contribuido a que aún no haya olvidado aquella noche de puro rock and roll.
La fiesta sigue con canciones cada vez más conocidas y cantadas por un público totalmente entregado. También se forman varios pogos a lo largo del concierto. En esta ocasión, dado que no quería lesionarme por aquello de tener que trabajar al día siguiente, organizamos un pogo en petit comité a un lado de la sala, y ni aún así me libré de recibir una brutal patada en la espinilla que ha contribuido a que aún no haya olvidado aquella noche de puro rock and roll.
Y
yo... que no tenía pensado beber, me topé por sopresa con ¡otro
chupito de Thunder Bitch!. Mi cabeza decía “no” pero mi corazón
decía “sí”.
"Con ellos no caben las medias tintas, son pura pasión, energía, se lo pasan bien sobre el escenario y consiguen transmitirlo a los de abajo."
De
repente... un breve silencio se adueña de la sala para ser roto por
el ensordecedor ruido de una sirena. Ya sabemos lo que anuncia, "Under
Fire", un tema que está destinado a ser todo un himno, gritado en
conciertos, festivales, manifestaciones, es toda una declaración de
intenciones. Lo damos todo, cantamos, saltamos, gritamos, nadie
quiere que esto acabe, pero el final llega con una colérica “Road
for Hell”, en la que... en la que... ya mi estado no
está para recordar mucho más, pero que fue una pasada, de eso no
hay duda alguna.
Si
para la próxima ocasión tenéis que elegir, elegid por los Wild
Krash, es apuesta segura, no os arrepentiréis.
Y
así, estimado lector, es como viví los conciertos de Ego Maniacs y
Wild Krash.
Nota:
esta página no fomenta en ningún momento el consumo de alcohol, ni
está patrocinada por ninguna marca. Aunque estamos, estoy, abierta a
negociaciones.
Mia Wallace.
Mia Wallace.
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