lunes, 8 de abril de 2019

A morir en Valdemoro con "Aeternus".



Saratoga. Sala Sagitario,Valdemoro, Madrid (02/03/19) 
      Asistir a un concierto de Saratoga es siempre garantía de tres aspectos fundamentales eeste tipo de eventos: sabes que los cuatro músicos que llenan el escenario van a darlo absolutamente todo, sabes que el sonido va a ser de gran calidad y sabes, vaya si lo sabes, que vas a disfrutar de una noche espectacular. Así fue una vez más, y van once en mi caso.
    No me extenderé demasiado en esta crónica porque llega un mes tarde, pero al menos habrá que dejar constancia del buen estado de forma en el que se encuentra la mítica banda madrileña. Me sorprendió que tocaran en la localidad de Valdemoro, pero a la postre acabó resultando un acierto: la sala Sagitario estaba a rebosar, y su tamaño más reducido que muchas de la capital madrileña hizo que la conexión con el público fuera aún más cercana, más real.

     Arrancaron con "A Morir", una apisonadora sobre la que nadie queda indiferente, y es que con un comienzo de este calibre puedes ir previendo lo que te esperará en las dos horas siguientes: fuerza y pundonor a raudales. Con "Una vez fuimos héroes" empezaron a desgranar su último disco de estudio, ése que tan buena acogida ha tenido y donde hemos vuelto a comprobar (como si esto fuera necesario decirlo) que la madurez compositiva de la banda se encuentra en un estado óptimo. Más allá de sus evidentes facultades vocales, Tete Novoa sabe meterse al respetable en el bolsillo desde el primer minuto con gestos, con complicidad, con sonrisas, y eso es algo que siempre hay que agradecer.
   "No sufriré jamás por ti" sirvió de antesala a otra apuesta segura llamada "Maldito Corazón", uno de esos temas emblemáticos que se corean hasta que nuestras gargantas se quedan sin fuerzas: Niko y Jero se complementan a las mil maravillas, y Dani desde la retaguardia ejerce de un inmejorable parapeto para llevar al grupo en volandas; menuda compenetración entre los cuatro. "El vuelo del halcón", siempre resultona, y "Vientos de Guerra", en un rapidísimo y contundente guiño a ese magnífico disco negro al que da nombre, precedieron a un nuevo corte de "Aeternus", "Siempre hacia el sol": puro sonido Saratoga.

"Cuando se unen cuatro músicos con esa calidad, con esa
 entrega y con esa actitud sólo puede resultar algo 
excelso. En una palabra: profesionalidad."

     "Perro traidor" marcó el primer punto de inflexión de la noche, clásico donde los haya y que tan buen resultado da en directo; en una entrevista reciente que publicamos en Esquirlas de Metal dijeron que era una de esas canciones que nunca podrían quitar del repertorio, y ojalá no lo hagan nunca. De ésas que jamás te cansarás de escuchar. Se tomaron unos minutos de descanso para dar la oportunidad a Dani de lucirse (una vez más) con un buen solo de batería, acompañado por Tete por momentos, que precedió a "Tres ahorcados", otro tema nuevo: personalmente, sí me resultó un poco flojo en comparación con el resto de la noche.
    Y entonces llegó el esperado momento de las baladas, ésas que antes se alumbraban con mecheros pero que hoy lo hacen con móviles, aunando la magia de "Si Amaneciera" (obligatoria) y "Acuérdate de mí" (también de Aeternus) en una combinación ideal. Muy emotivas ambas dos. "Las puertas del cielo" es otra de esas canciones que, por muchos años que pasen, siguen tan vigentes como el primer día, con un Tete dando lo mejor de sí en cada entonación y en esos agudos tan potentes que exige. La bordó.

   Llegó el turno del solo a Niko, ese bajo poderoso que le ha convertido en uno de los mejores músicos del país durante tantos y tantos años; mimo y contundencia a partes iguales para abrir "Si tu no estás", ese nuevo tema que habla del amor a la música y que sonó atronador. Muy buen corte, sí señor, de ésos que te llegan desde la primera escucha. Aún quedaba tiempo para el triunvirato final, trío de ases que estos magos musicales se guardan siempre bajo la manga para la apoteosis: "Resurrección", brutal como siempre y en la que Niko y Tete aprovecharon para alargar la melodía en colaboración con el público y subidos sobre la barra de la sala, "El olvidado de dios", muy coreado, ese primer single del último disco que resonó como una bomba en nuestros oídos, y "Como el viento", tan rápida como melódica, broche de oro a una actuación de diez. Imponente descarga de los madrileños y un público más que satisfecho con lo visto en Valdemoro.
   Seguirán pasando los años y Saratoga continuará estando en lo más alto del panorama musical español, porque cuando se unen cuatro músicos con esa calidad, con esa entrega y con esa actitud sólo puede resultar algo excelso. En una palabra: profesionalidad.
Texto y fotos: Miguel Martínez

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