Óleo Rock 2019.
Mind Driller + Orion Child + Flames At Sunrise + Noprocede (bandas concursantes).
Lépoka + Medina Azahara (grupos invitados)
Torredonjimeno, Jaén (22/06/19)
Llegó
la cuarta edición del ÓleoRock,
y allí estuve yo para disfrutar de un cartelazo como el que
presentaba esta edición del 2019. Este año el festival estrenaba
recinto y escenario,
más grandes, acordes a la cantidad de público que iba a asistir al
evento. Y es que en los cuatro años que la Asociación
Cultural “RockXimeno”
lleva organizando este evento no han parado de crecer y de subir,
tanto en asistencia de público como en el nivel de las bandas. El ÓleoRock
se
está convirtiendo, poco a poco, en una cita obligada para los
metaleros andaluces.
El
formato fue el mismo que en 2018. Abriendo la jornada había un
concurso de 4 bandas, Orion
Child, Flames at Sunrise, Mind Driller
y
los Noprocede.
Fueron seleccionadas entre las más de 100 que se presentaron al
concurso de esta edición. Y después, 2 auténticas bandazas como
los Lèpoka
y Medina
Azahara.
Un cartel muy atractivo para pasar un sábado.
El
festival empezaba a las 19:00 de la tarde y el sol todavía castigaba
el suelo y a los que íbamos llegando. Algunos problemas técnicos
hicieron que el comienzo del festival se retrasara casi 45 minutos,
lo cual, muchos de nosotros, en el fondo agradecimos ya que el
termómetro, aunque perezosamente, iba bajando. Así que mientras,
esperamos a la sombra viendo quioscos de merchand y refrescándonos el
gaznate.
ORION
CHILD:
Pegada
para abrir
A
la banda vasca le tocó bailar con la más fea: abrir el concurso de
bandas y levantar al público cuando el sol aún tostaba más de
medio escenario (y nos ponía morenos a los que nos acercamos al
escenario).
La
formación hace un Dark
Power metal con mucha pegada.
Se nota cuando una banda está rodada y tiene tablas, y Orion Child,
además de estas dos cosas, va sobrada de talento. La voz de Víctor,
con un registro muy limpio, contrasta con los guturales de Jonas y
Jonkol, guitarra y teclista respectivamente. Su
directo es muy sólido
y a los que estábamos allí nos fue enganchando poco a poco,
dándonos cuenta de que estábamos asistiendo a un directazo. La
combinación de las guitarras rápidas, el teclado y una potente
batería hacen que ver a la banda en vivo y tan cerca como pudimos
disfrutarlos sea un lujazo.
Este
año han sacado su tercer disco, “Continuum
Fracture”,
y estoy seguro que terminarán por consolidarse y que a partir de
ahora los veremos cada vez más arriba en los carteles de festivales.
FLAMES
AT SUNRISE:
Un
huracán en el el escenario
Sin
un estilo claramente definido pero que me
recordaba mucho a Jinjer,
esta banda catalana salió a comerse el escenario. Especialmente su
vocalista Eve Nezer, que no paró de moverse durante toda la
actuación. Saltó, rugió, corrió, rió y hasta se derramó sobre
una peana situada en el filo del escenario. Todo un derroche de
energía, esta chica es un auténtico tornado. Resulta
sorprendente lo polifacética que es en su registro.
Igual canta en melódico, que pasa a gutural, que rapea en la misma
canción. Trataron de estar muy encima del público lo que hizo que
este respondiera y se metiera más en el concierto.
Supieron
solventar un par de problemas técnicos cantando una balada en
primera fila mientras se arreglaban.
Su
sonido es ante todo variado.
Muy diverso en estilos, sin querer encasillarse en nada concreto y
sin dudar a la hora de probar y mezclar nuevas ideas en sus
canciones.
Para
el último tema Eve bajó a la pista para organizar un wall of death
y los que estábamos allí disfrutábamos entre empujones mientras
ella cantaba alrededor.
NOPROCEDE:
Hardrock
de muchos quilates
Para
mí los NoProcede
fueron la sorpresa de la jornada.
No los conocía y su hardrock me conquistó rápidamente.
Quizás
fuera una banda que su estilo se salía un poco de lo que estaba
anunciado en el cartel, pero su buen hacer sobre el escenario
convenció a todos los allí presentes. Al principio se encontraron
algunos problemas de acople de sonido, aunque la banda siguió hacia
adelante con la actuación hasta que al poco los técnicos lo
solventaron sobre la marcha y pudieron coger velocidad de crucero.
Beltrán,
el vocalista, tiene una voz que me rememoraba una mezcla entre el
Kutxi y Rulo.
Por algunos momentos su rock me envolvió en la nostalgia de los años
de instituto.
A
pesar de que tocan en estático, cada uno parado delante de su micro,
el concierto no se hace en absoluto monótono. Solos
de guitarra de mucha calidad de Kike y mucha complicidad entre Fran
(el bajo) y Beltrán hicieron que su actuación se me pasara volando.
Todos les pedimos al grupo una canción más al acabar, pero esto es
un concurso de bandas, y el siguiente grupo estaba calentando ya para
salir a tocar.
No
le perderé la pista a estos madrileños que ojalá visiten muchas
veces el sur para poder volver a disfrutarlos en directo.
MIND
DRILLER:
Demoledores
Su
puesta en escena es, simplemente, demoledora. Fueron
los justos vencedores del concurso de bandas.
La estética tan marcada que tiene el grupo, el juego de máscaras en
las primeras canciones, las coreografías perfectamente acompasadas,
el juego de luces en instrumentos y de los focos del escenario…
Todo está muy bien trabajado y estudiado. Afinando los detalles casi
hasta la teatralidad. Los alicantinos hicieron el que posiblemente
fuera el mejor SHOW de la tarde. Guitarras
contundentes para un sonido industrial que
hicieron vibrar a un público cada vez más numeroso. Con su tercer
disco “Involution”
(de que me llevé un ejemplar firmado por toda la banda) vienen a
decirnos que han venido parar quedarse en el panorama musical.
Su
directo es muy dinámico gracias
a que sus tres vocalistas están muy compenetrados y saben darse el
testigo de quien lleva en ese momento las riendas del show y al ritmo
que llevan de vértigo. Mención
especial para Pharaoh tocando
el bajo que con su puntito de locura hizo las delicias del público.
Me
llamó la atención que en su repertorio tienen canciones en inglés,
en español y en alemán.
En
definitiva, Mind Driller es una máquina que está muy bien
engrasada. Y si tenéis la oportunidad de verlos en directo, ¡no os
la perdáis insensatos!
Y hasta aquí el tiempo para las agrupaciones que concursaban. Turno a continuación para las bandas invitadas, maestras de ceremonia, por así decir.
LEPOKA:
¡Fiesta!
Este
grupo tiene algo, no sé que es, pero algo tiene que hace que el
público termine saltando y bailando sus canciones. Su
vocalista Dani tiene un carisma especial encima del escenario y sabe
cómo llevarse al público a su terreno.
Es una delicia ver una banda que tiene tanta complicidad sobre las
tablas. Todos tienen su momento de gloria frente al gentío, todos
suman, y todos la lían. Mención especial para el gaitero, Zarach,
que no paró un momento quieto.
Salieron
por supuesto con su hábito de monje. Tocaron todos los temas que se
están convirtiendo en clásicos de la banda como “Goliardos”,
“El caldero de los sueños”, “Chupito”.
Y por su puesto la locura llegó cuando engancharon su versión de
“Vodkad´Roll”
y
la esperada “Yo
Controlo” que
el público coreó a pleno pulmón. Hasta apareció un pequeño gnomo
con alitas haciendo travesuras por el escenario.
Hacen
del concierto una fiesta y
dejan la puerta abierta para que todos los que van a verlos entren
hasta la cocina. Y todo aquel que entra, sale con una sonrisa de sus
conciertos. ¡Viva el Folckoholic Metal!
MEDINA
AZAHARA:
Incombustibles
Tocaba
el plato fuerte, y eso se notó en la fluencia de público que no
había dejado de entrar durante la actuación de los Lepoka.
Llegaba Medina
Azahara
y
jugaba en casa, en su tierra, Andalucía, entre campos de olivos y
ante su gente.
Comenzaron
fuerte haciendo un repaso a sus años noventa cantando un popurrí de
canciones noventeras. Al
cambiar de sitio pude notar como la proporción de camisetas negras
había bajado mucho. No es que se hubiera marchado gente, es que
muchos de los que habían llegado para ver a “sus” Medina
Azahara
no
vestían el típico “uniforme” de concierto de metal. La media de
edad había subido. Gente
de varias generaciones estaban disfrutando del concierto
y no se saltaban una sola coma al corear las canciones junto Manuel
Martínez. Padres con sus hijos, parejas que recordaban conciertos
pasados de cuando aún eran novios. Y es que los Medina
Azahara llevan
de 40 años haciendo historia en el metal andaluz.
Llego
el momento de tocar un par de temas del nuevo disco “Trece
rosas”,
para continuar con los suyos que los han hechos grandes. “Abre
la puerta”, “Tierra de libertad”, “A toda esa gente”,
“Palabras de libertad”, “Necesito respirar”
y para terminar “Todo
tiene su fin”.
A
pesar del tiempo que llevan tocando la banda está en plena forma.
Tanto Manuel en los teclados y Paco Ventura a la guitarra siguen
ganando con los años, como el buen vino. Y el bajo y la batería no
se quedan atrás. Mención aparte para Manuel Martínez, que a sus 68
añazos sigue siendo el alma de este grupo.
Medina
Azahara es una banda única; puedes encontrar bandas mejores, seguro que peores, pero iguales que
ellos no. Nunca habrá ninguna otra banda igual a los Medina. Y allí
pude disfrutarlos como pocas veces he podido hacerlo.
Fue
una jornada magnífica de buena música y buen rollo. Mi más sincera
enhorabuena a la asociación
Rockximeno por
la organización de un festival que en sus cuatro ediciones lo único
que ha hecho es subir y crecer. En calidad de bandas, en asistencia
de público (casi
2.000 almas disfrutaron del Óleo Rock 2019) y
en organización, que no tuvo ni una pega.
Ale Puch con Mind Driller.
Hay
que mimar estos festivales donde pueden verse los grupos muy de
cerca, charlar con los integrantes de las formaciones entre actuación y
actuación, hay un ambiente estupendo y unos precios muy, muy
asequibles. En
septiembre hay nueva cita en Torredonjimeno, Rock en femenino.
¡Y este que aquí escribe no se lo piensa perder!
¡Larga
vida al Óleo Rock!
Ale Puch.
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