CRÍTICA L.D.
Material
a pulir:
LUJURIA.
Disco:
"Somos
Belial" (2019)
Procedentes
de:
Segovia
Estilo:
Heavy
Erotic Metal
Discografía:
Cuentos
para mayores (1995), República Popular del Coito (1997), Sin parar
de pecar (1999), Enemigos de la castidad (2001), El poder del deseo
(2003), …Y la yesca arderá (2006), Licantrofilia (2008), Llama
eterna (2010), Sexurrección (2012), Esta noche manda mi polla (EP –
2015), Lenguaje de mi piel (Single, homenaje a Elkin Ramírez, 2017)
Somos Belial (2019)
Formación:
Voz:
Óscar Sancho; Guitarra: Nacho de Carlos; Guitarra: Jesús Sanz
“Chepas”; Bajo: Santi Hernández; Teclados: Ricardo Mínguez;
Batería: Maikel “El Tanque”
Redes:
Web: www.lujuriarock.com
Twitter: @LujuriaOficial
Autor de la reseña: Heavyer
Ya
están aquí. Volvieron los segovianos Lujuria
con
un nuevo trabajo, tras una larga espera desde su último trabajo en
2012 (“Sexurrección”,
sin contar el EP que editaron el 2015 y que en un principio se
pensaba que era la antesala de un nuevo trabajo, “Esta
noche manda mi polla”)
y lo hacen con un disco muy completo, muy trabajado y con unas letras
siempre ingeniosas.
Tras
muchos años de ‘abstinencia’, por fin llegó la hora de darnos
un gran homenaje, una orgía musical, orgasmos sónicos a golpes de
batería de Maikel,
gemidos de goce exhalados por el bajo de Santi
y las guitarras de Nacho
de Carlos
y el ‘Chepas’,
caricias al teclado (¿caricias?) de Ricardo
Mínguez
que ponen de punta a las mismas teclas, y cómo no, los chillidos
desgarradores de placer a manos del frontman, de Óscar,
un enviado del mismo Belial que durante 29 años nos ha ido dejando
pistas pero que en este nuevo redondo ya no deja lugar a las medias
tintas y nos cuenta toda la verdad, que a Belial lo pintaron como el
malo de la película, pero que ya es hora de despertar de la gran
mentira y descubrir que Belial sólo buscaba que fuésemos libres,
sin culpas, sin cadenas, sin miedos a causa de qué pensarán ‘esos
seres superiores’ de los que siempre nos hablaron. Todo ello viene
muy bien explicado por el mismísimo Belial en el libreto que
acompaña al disco, donde nos cuenta los planes que tenía para
nosotros y cómo nos dejamos engañar, pero que aún estamos a tiempo
de despertar. Sin duda, una recomendable lectura.
Yendo
a la portada, nos encontramos un ser alado y con cuernos que viene a
representar a Belial despertando su ira, en una metáfora de lo que
es el disco, un llamamiento al despabilar ante tanto engaño y tanta
cadena invisible. Personalmente, no era una portada que en un
principio me llamase excesivamente la atención, quizás incluso
simplona, pero en vista de la temática del disco, me parece más que
acertada y perfecta.
Y
centrándonos en el disco, son once temas que comienzan con una
instrumental, “Nikkal”,
que es como un adelanto a lo que está por venir, a la salida de la
bestia furibunda. Está dedicada a la diosa del mismo nombre, diosa
de los huertos y es una ‘versión’ (o eso entiende quien suscribe
estas palabras) de la canción más antigua del mundo, descubierta en
una tablilla de arcilla hace unos 3400 años (casi ná…). Esta
instrumental ya anticipa lo que va a ser el disco, mucho protagonismo
de las cuerdas y un sonido tirando a “manowariano”, pero
manteniendo la esencia de los creadores del “Erotic Heavy Metal”.
Y
tras ella, da paso al tema que lleva el mismo nombre que el disco,
“Somos
Belial”,
que ya te engancha desde el principio pues los primeros acordes
suenan similar a ese gran “Escuadrón
69”
e inevitablemente agudizas la oreja, y verdaderamente no tienen que
ver, bueno, sí, en que son dos temazos. La letra entra a saco: “Somos
Belial, el que no tiene dueño”.
Si lo que buscas son perritos falderos, con nosotros no cuentes. Un
gran tema para entrar en dinámica.
A
continuación, un tema que nunca falta en un disco de Lujuria
que
se precie, la religión. Dan cuenta de ello con “Messe
Noire”,
donde nos cuentan que hay misas en las que no se reza y que el voto
de castidad no todos lo cumplen. Una entrada a lo “Torquemada”
da paso a un sonido tenebroso que concuerda con lo que a los Lujuria
les
entraña lo relacionado con la religión. Condesa y Marqués se
montan sus misas negras entre sonidos de acero con permiso de Belial.
“Siempre
Metal, Invicto Metal”
es un himno, de esos temas que con el paso del tiempo se harán
imprescindibles a la hora de cerrar conciertos, con un estribillo
arrollador y pegadizo que una vez que te entra ya se queda grabado y
se repite como martillo pilón: “¡METAL, METAL, METAL! Metal hasta
el fin...”, además, con la curiosidad de que el nombre de la canción
se lee con la primera letra de cada verso. Y con un mensaje: El Heavy
Metal es irreductible.
Bajan
un poco el pistón con “El
ángel de la Lujuria y un diablo loco de amor”,
el tema que menos me cuadra en este trabajo. Musicalmente, un ángel
‘pecador’ y un diablo ‘romántico’, lo peor de cada casa,
condenados a encontrarse… En la Tierra. A buen sitio fueron… Como
los pillen la Condesa y el Marqués… igual se montan una orgía…
Y
llegamos al tema que más me gusta, “El
amor está en el aire”.
Típica canción que surge de una historia surrealista, pero veraz.
Una fábrica de Viagra en un pueblo de Irlanda que tiene “contentos”
a humanos y animales. Una temática divertida combinada con la
velocidad que le imprimen conforman el que es a mi parecer el mejor
tema del disco. Con decir que mi pequeñaja de dos años ya se la
sabe, creo que queda todo dicho. “Hasta
Sopletillo sonrió, EH, EH”
(que Lujuria
me
perdone por cambiarle la letra, pero la adapté para mi hija, además,
me mola más nuestro “Blowtorch”
que San Patricio, jejeje)
“Como
puta por rastrojo”,
ese tema reivindicativo, en la línea de lo que nos acostumbra
Lujuria,
en esta ocasión sobre las sombras que en muchas ocasiones acompañan
a quienes quieren hacerse un hueco en el panorama musical, ese
‘venderse’ por cuatro monedas al que te intentan someter si
quieres hacerte un nombre, Belial saca nuevamente la cabeza para
recordar que nunca hay que perder la dignidad. Y no solo en la
música…
En
la entrevista que hicimos hace unos meses a Óscar
(puedes recordarla aquí) nos comentaba que muchas de sus letras
surgen de historias que les cuenta la gente o de noticias curiosas.
Al igual que con “El
amor está en el aire”,
vuelve a ponerse de manifiesto con “Tapar
agujeros”,
que recuerda el caso de aquel año que tocó el Gordo a quienes
compraron el décimo en un club de alterne de un pueblo de Toledo,
Quintanar de la Orden. Dicen que realmente no fue así, pero qué más
da. Lo importante es que ha dado para que Lujuria
vuelva
a sacarse de la chistera un tema divertido y cañero. El número en
cuestión, como curiosidad, fue el 62246, lo cual resta veracidad a
que se hubiese vendido en un club de alterne. Un ‘putis’ que se
precie debiera ofrecer a sus clientes un número tal que 69696 o
96969…
Chanzas
aparte (o no…), se nos viene encima la balada de amor más sincera
del mundo “Cuando
estás conmigo (la única balada sincera del mundo)”,
esa que eleva sentimientos (y grúas y periscopios) a límites
insospechados. Necesito escuchar este tema en directo en un
concierto. Me cuesta imaginar a Óscar
cantando esta canción sin descojonarse. Por otro lado, el nombre le
viene “a pelo”…
Y
bueno, por si acaso aún no has abierto los ojos, Lujuria
vuelve
a insistir con otro tema, que fue el primer adelanto de este disco,
“Migas
de paz”,
donde te vuelve a recordar que a Belial siempre lo tildaron el ‘malo
de la película’, pero que no fue en su nombre ninguna guerra, ni
mandó a nadie a la hoguera ni a los leones, que en todos los libros
sagrados fue dejando pistas de que nos quería libre, pero nos
dejamos engañar. Si después de este trallazo no abres los ojos,
poco más puede hacer Lujuria.
Cierra
el disco una versión del tema de Ángeles
del Infierno,
“El
principio del fin”.
Es habitual en Lujuria
incluir
en sus trabajos un ‘cover’ a modo de homenaje a alguna banda y la
elección no podía ser más acertada: Ángeles, infierno, “Pacto
con el diablo”
(nombre del disco que incluía el tema versionado), el principio del
fin, el fin de una mentira perpetuada, el despertar de las mentes
dormidas, la entronización del hasta ahora marginado y repudiado,
aquel que esperó en su destierro el momento propicio, y ahora, ahora
es el momento elegido para destrozar los esquemas de una sociedad
agonizante e intentar recuperar y reconstruir una sociedad libre de
estigmas, sin cadenas, sin miedo a amar sea cual sea el color, raza o
equipo de fútbol (esto último cada vez toma más relevancia,
desafortunadamente) y, sobre todo, sin miedo a ‘jueces
imaginarios’. Y es que tod@s, habrá quien tarde más en verlo y
habrá quien tarde menos, pero la realidad es que tod@s somos
rebeldes, libres, sin dueñ@s, en definitiva, tod@s...
¡¡SOMOS
BELIAL!!
LISTA
DE CANCIONES:
1-.
Nikkal.
2-.
Somos Belial.
3-.
Messi noire.
4-.
Siempre metal, invicto metal.
5-.
El ángel de la Lujuria y un diablo loco de amor.
6-.
El amor está en el aire.
7-.
Como puta por rastrojo.
8-.
Tapar agujeros.
9-.
Cuando estás conmigo (La única balada sincera del mundo).
10-.
Migas de paz.
11-.
El principio del fin.
* Agradecer a Maldito Records que nos enviaran la copia promcional del disco y a Javier Fajardo "Heavyer" su aporte reseñando "Somos Belial".
* Agradecer a Maldito Records que nos enviaran la copia promcional del disco y a Javier Fajardo "Heavyer" su aporte reseñando "Somos Belial".
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